Técnicas narrativas Cómo perderles el miedo
Técnicas narrativas, para algunos es lo mismo que pócimas mágicas para aplicar a la escritura, pero en realidad son esas herramientas que aplicas cada día para armar conversaciones o pensamientos.
Técnicas narrativas de la novela
Cuando hablas con tus amigos y les cuentas algo estás utilizando alguna técnica narrativa. Nuestro cerebro utiliza continuamente estos recursos literarios para armar los pensamientos. Así que desde este punto de vista no son más que las herramientas que utilizamos para contar algo. Hay miles de tipos de técnicas narrativas. Cuando le contamos a nuestros amigos algo que nos ha pasado, calibramos la mejor manera de contarlo. A veces, comenzamos por el final, otras, nos detenemos en un detalle curioso, otras veces, tenemos que recular y contar algo que ya sucedió antes, sin lo que no se entiende lo que estás contando ahora; también es una técnica narrativa de la novela buscar comparaciones o metáforas para que aquellos que te escuchen entiendan mejor lo que les estás contando. Así que, dicho esto, se entiende que no hay nada más cercano a nosotros que las técnicas literarias.
No hay nada como quitarle hierro a algo para que podamos verlo más fácil. Si decimos que las utilizamos todos los días, nos dará menos miedo usarlas.
Cada historia necesita de unas técnicas diferentes para ser contada de la mejor manera posible. Y lo único que tienes que pensar cuando te pongas a escribir es si estás utilizando las más adecuadas.
Elementos y técnicas narrativas
Existen miles de técnicas narrativas, tantas como posibilidades de contar algo.
Para encontrar aquellas que necesitas para tu historia, la primera regla de oro es leer mucho y saber identificarlas en otros libros.
El hecho de que se diga que una novela tiene una buena técnica, es simplemente, que el escritor ha sabido como poner las miles que existen a su servicio, no solo para sorprender al lector y a los críticos, sino para conseguir que su historia brille.
Recursos literarios para fluir
Y lo más importante, una buena técnica es aquella que pasa desapercibida en el texto. Cuando leemos y nos cuesta saber qué está haciendo el escritor con nosotros. Cuando consigue que nos introduzcamos en su historia sin pensar en nada más. Esa historia tiene la mejor técnica narrativa que puede tener.
Cómo puedes saber qué técnica será la que pueda aplicar a tu historia, deberás conocer al menos las más elementales. Para qué sirven y al menos haber leído unos cuantos libros que las hayan utilizado con maestría.
No es sencillo desgranar todas las técnicas narrativas que existen ni es fácil tampoco hacer una tipología clara, porque recorren toda la trama en sí. Desde el narrador, hasta el tiempo y el espacio, pasando por la estructura de la novela, los diálogos e incluso en la elección de mostrar o contar en cada momento.
Tipos de técnicas narrativas
Mi intención no es desgranarlas todas, ni siquiera categorizar, ni dedicarme a lanzarte nombres y definiciones, porque considero que por mucho que te las aprendas de memoria, hasta que no veas ejemplos y fijes en tu mente, en realidad, para qué sirven y cómo se utilizan, no vas a saber usarlas con soltura.
Así que me voy a limitar a ponerte ejemplos, de diferentes formas de narrar para que veas la gran diferencia que hay entre unas y otras.
Diálogos:
A
—Juan, no me digas que has vuelto a perder el tren —le gritó su esposa.
—Así es —reconoció mientras miraba de reojo a Lucía.
B
Juan has vuelto a perder el tren, aseveró con frialdad su mujer. Pues sí, contestó él, mientras le hacía ojitos a Lucía que lo esperaba fuera de la cabina.
C
Juan marcó el teléfono de su casa e intentó ponerse serio. Su mujer no se podía creer que hubiera perdido otra vez el tren. De hecho, no se lo creía, así como Juan era incapaz de contenerse las ganas de pasar la noche con Lucía que lo esperaba fuera de la cabina.
Como ves, dependiendo de lo que quieras mostrar deberás optar por contarlo de una manera o de otra. Muchas veces, se piensa que la manera más directa (A) es la adecuada, pero en la mayoría de los casos se pueden contar más cosas, con menos en la manera C que es la más indirecta de las tres.
Dialogar no es precisamente la mejor manera de mostrar a los personajes. Es necesario calibrar bien qué necesita la narración y adaptarla a esas necesidades.
Tiempo
Respecto al tiempo, las técnicas relacionadas con él hacen referencia a la manera en que se cuenta la historia. Este tipo de técnicas implican directamente a la estructura del texto. Es decir, si comienzas en mitad de la historia (in media res), por ejemplo, la estructura deberá acoplarse a esa técnicas y tendrás a asegurarte que podrás ensamblar bien luego las piezas. Sin repetir nada que ya se ha dicho.
Espacio
En el caso del espacio, los recursos tienen más que ver con la entidad que tiene el escenario para lo que se está contando. Es decir, no es lo mismo que el espacio sea un mero trámite (en algún sitio tienen que vivir los personajes), a que sea el protagonista de la historia. Y en medio hay miles de opciones. Deberás calibrar qué papel va desempeñar en la tuya, dependiendo de lo que quieras transmitir en ella.
Por ejemplo, si quieres contar una historia que se puede desarrollar en cualquier lugar del mundo, pero necesitas que tenga tintes oscuros y fríos, si centras el escenario en un país al norte de Europa, donde la noche es larga y helada. Ahí el escenario determinará la historia totalmente y también aportará matices que tal vez te vengan bien para contarla.
Sin embargo, si la historia no necesita estos matices, la puedes enclavar en cualquier escenario que no determine tanto a los personajes, cualquier país sin extremos de temperatura.
Por otro lado, también determinará la historia si los personajes viven en la ciudad o en el campo. Aunque te parezca que a priori esto viene dado por el escenario determinado por las musas y que los personajes que has creado en tu cabeza ya se mueven por un espacio concreto, es posible que tú le puedas añadir más matices, cambiando ese escenario o pensando la manera de que cobre el protagonismo necesario.
Por ejemplo. Tienes la idea de un romance que transcurre no sabes muy bien por qué en tu ciudad. Ahí el escenario cobrará más o menos protagonismo dependiendo de la historia y de cómo sea esa ciudad, del juego que de. Ahora traslada esos personajes a la estepa rusa, luego a Japón y finalmente a Mozambique. La historia cambiará en cada uno de los casos, ya que los personajes se verán influidos en sus acciones cotidianas por esos cambios bruscos de escenario.
Por eso el espacio acaba siendo un recurso más aplicado a unos fines.
Narrador
El narrador es quien te cuenta la historia. Teniendo esto en cuenta, adivinarás que existen infinidad de técnicas narrativas (aquí nunca mejor dicho) adosadas a esta elección.
Y estas no solo se ciñen a la elección del tipo de narrador, sino de cómo se lleva a la práctica. Por ejemplo. Si eliges una primera persona, hay diferentes técnicas adosadas a ella que modulará esa primera persona a lo que tu historia necesita.
Por ejemplo:
Salí de casa, limpiándome la cara, no quería que los vecinos vieran que acababa de llorar, no me convenía que pensarán que mi matrimonio era un desastre.
Doy un portazo. Es que no puedo soportarlo más. Estoy harta de llorar, así que voy a recomponerme. Solo faltaba que los vecinos especularan con mi matrimonio.
Cómo ves la técnica es bien diferente, el primer ejemplo, no profundiza tanto en el personaje, no se centra en lo que piensa, sino que se centra más en lo que hace. Y el segundo ejemplo, hace justo lo contrario. Además, el primer ejemplo está en pasado, lo que aleja más al lector del personaje. El presente del segundo ejemplo, hace que sientas a ese personaje más cercano.
Cuando escribes pones el foco en un lugar concreto o en varios. Generalmente cuando describes una escena, tienes miles de opciones a la hora de contar una cosa u otra. Debes elegir qué necesita la narración en cada momento y qué detalles serán fundamentales para crear la tensión o el clima que necesitas. De ahí que elijas una técnica u otra.
Conclusiones sobre las técnicas narrativas
No es tan importante saber cuántas técnicas existen, como conocer hasta el mínimo detalle de aquello que tienes que contar, porque solo así serás capaz de poner el foco en lo esencial. Eligiendo de manera orgánica aquello que necesitas.
Las técnicas literarias provocan miles de decisiones en el transcurso de la escritura, muchas de ellas ni siquiera las tomarás siendo consciente de ello. Y no pasa nada, siempre que esa forma elegida sea la ideal para lo que tengas que contar.
Así que no te obsesiones con la técnicas y esfuérzate al máximo para contar bien tu historia.
A escribir
🙂 ¡Hasta la semana que viene!
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